El 24 de diciembre de 1982, hace justo 43 años, el avión de transporte pesado más grande del mundo fabricado en serie, el An-124 Ruslán, realizó su vuelo inaugural.
Hasta ahora, la aeronave desarrollada por varias empresas soviéticas, sigue siendo líder mundial en cuanto a combinación de carga útil, eficiencia de combustible y alcance.
Su capacidad para transportar carga extremadamente pesada y de gran tamaño lo ha hecho indispensable para la aviación militar y civil.
A pesar de que el avión ya no se fabrica, sigue siendo utilizado activamente por militares, científicos, industriales e, incluso, celebridades de la música y cine.
Hoy en día, Rusia continúa operando aviones Ruslán tanto para el campo militar como para el civil. Los expertos del sector aeronáutico señalan que este avión se ha vuelto indispensable para la Federación de Rusia. En total, en la URSS y Rusia se fabricaron 56 aeronaves de este proyecto.
Eclipsar a Estados Unidos
La historia del An-124 Ruslán comienza a mediados de la década de 1960, cuando la URSS reconoció la necesidad de un avión de transporte pesado. En 1966, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y el Consejo de Ministros de la URSS emitieron un decreto que especificaba la necesidad de aumentar la capacidad de carga de los aviones de transporte militar a 100-120 toneladas, que desembocó en el desarrollo del An-22 Antei.
Este objetivo buscaba, en parte, superar a los aviones estadounidenses. Tras la aparición del An-22, se inició el diseño en el extranjero del avión de transporte Lockheed C-5A Galaxy.
Objetivo del proyecto
El nuevo avión soviético de esta clase debería superar en rendimiento a los aviones estadounidenses y este proyecto desembocó en el desarrollo del An-124 Ruslán.
Desarrollado en la década de 1980, el An-124 sigue siendo el avión de carga más potente del mundo. Decenas de empresas soviéticas participaron en el desarrollo del Ruslán, pero la Oficina de Diseño Antónov (en decadencia total en los últimos años), con sede en Kiev, se considera su principal centro intelectual. El vuelo inaugural tuvo lugar el 24 de diciembre de 1982. El Ejército soviético comenzó a recibirlo en 1987.
Como todo equipo soviético importante, el An-124 fue diseñado principalmente para uso militar. Su propósito era transportar enormes lanzadores de misiles balísticos, como el Topol-M, a sus ubicaciones operativas.
Se trata de un misil portado por un vehículo de 16 ruedas desde la Planta de Tractores de Ruedas de Minsk, de más de 22 metros de largo y 44 toneladas de peso. Un vehículo de estas características sería difícil de transportarse en una plataforma ferroviaria; tardaría mucho en llegar desde Minsk por sus propios medios, e incluso así, podría no haber carreteras hasta su destino.
Las tropas aerotransportadas de la URSS también mostraron interés en el An-124: este gigantesco avión puede transportar 440 paracaidistas completamente equipados o 880 soldados rasos. Para facilitar la carga y descarga, el Ruslán cuenta con dos escotillas: una delantera elevable y una rampa trasera.
Prestaciones del An-124
El Ruslán impresiona tanto por su tamaño como por su potencia. La aeronave mide 69 metros de largo y tiene una envergadura de casi 73 metros. Su peso supera las 175 toneladas y al despegue alcanza las 405 toneladas.
El Ruslán es capaz de llevar cargas de aproximadamente 120 toneladas. La bodega de la aeronave mide 36,5 m de largo, 6,4 m de ancho y 4,4 m de alto, con una velocidad de crucero de 800 a 850 km/h y una autonomía de 4.800 km.
El Ruslán está propulsado por cuatro motores turbofán, cada uno de los cuales produce 23.400 kgf, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 865 km/h y una autonomía de hasta 4.500 kilómetros con carga útil máxima.
Además del portamisiles, la espaciosa bodega del An-124 albergaba fácilmente un camión convencional, cajas de repuestos y personal de acompañamiento.
El tren de aterrizaje de 24 ruedas permite ajustar la altura y la inclinación del fuselaje. Internamente, el avión se divide en dos cubiertas. La inferior es para carga, mientras que la cubierta superior alberga la cabina de la tripulación, la cabina de la tripulación de relevo y los camarotes de la tripulación, con capacidad para 21 pasajeros. El compartimento de carga presurizado está equipado con dos grúas móviles con una capacidad de elevación de 20 toneladas cada una.
El servicio de la aeronave
El primer vuelo civil del Ruslán se realizó en 1985, con el transporte de un camión volquete de 152 toneladas de Vladivostok a Mirni, en Yakutia, a la mina de diamantes más profunda del mundo.
A lo largo de sus años de servicio, el An-124 ha demostrado su versatilidad, excepcionales capacidades y fiabilidad. Se ha utilizado para transportar enormes cargas para programas espaciales, en operaciones militares para el transporte de equipos y en misiones humanitarias. Misiones como el transporte de equipo militar a zonas de conflicto o la entrega de ayuda a víctimas de desastres naturales subrayan su importancia internacional.
Por ejemplo, el An-124 sigue siendo el único avión capaz de transportar cargas de gran tamaño para la industria espacial. El transporte de componentes de cohetes y naves espaciales desde las plantas de ensamblaje hasta los puertos espaciales es competencia exclusiva de esta enorme aeronave.
En 1992, un An-124 entregó 52 toneladas de oro valoradas en 230 millones de dólares desde los Emiratos Árabes Unidos a Suiza. Un año después, tres An-124 transportaron material escénico a Moscú para un concierto de Michael Jackson.
En 1996, British Petroleum encargó el transporte de equipos de producción de petróleo: los Ruslán realizaron 53 vuelos, transportando un total de 3.750 toneladas de carga.
En el año 2000, un An-124 tuvo un papel destacado en la película de James Bond '007: Otro día para morir', en la que el avión de transporte sirvió como cuartel general del villano, y la batalla final tuvo lugar a bordo.
Discovery Channel y National Geographic realizaron dos películas más sobre la gigantesca aeronave.
El futuro del An-124
A pesar de la demanda de que gozan todavía estas aeronaves, su costo de mantenimiento aumenta, ya que la producción de los Ruslán finalizó en 2004. Ahora, las aeronaves restantes se modernizan constantemente para prolongar su vida útil.
Durante la época soviética, los Ruslán se ensamblaban en Kiev y en la ciudad rusa de Uliánovsk. Sin embargo, más de quinientos contratistas participaron en la producción del avión. Por ejemplo, los motores se ensamblaban en Zaporozhie, el tren de aterrizaje en Samara y los componentes del fuselaje en Tashkent.
Para reanudar la producción, sería necesario encontrar nuevos fabricantes para todos los sistemas y construir una compleja cadena logística.
A día de hoy, la flota de estas aeronaves llega al final de su vida útil, mientras que la demanda de sus servicios se mantiene estable. A día de hoy, sus vuelos, solo para compañías espaciales, se programan con varios años de antelación, ya que ninguna otra aeronave puede realizar ese trabajo.
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