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Lo que vio el principal testigo de la muerte de Hitler, en documentos desclasificados

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Heinz Linge, quien fuera ayuda de cámara del dictador alemán, reveló en sus testimonios los últimos minutos de la vida del Führer.
Lo que vio el principal testigo de la muerte de Hitler, en documentos desclasificados

Archivos hasta ahora poco conocidos, que arrojan luz sobre los últimos minutos de Adolf Hitler, han sido recientemente desclasificados por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB). Entre esos documentos se encuentran testimonios de Heinz Linge, un oficial de las SS que fungió como ayuda de cámara del dictador alemán.

Por alguna razón desconocida, quien fuese uno de los principales testigos de la muerte del Führer resultó inicialmente enviado a un campo de prisioneros de guerra en Kohtla-Järve (Estonia), donde permaneció hasta octubre de 1945. Después fue trasladado a Tallin y, en diciembre de 1945, recluido en una prisión de Moscú, donde escribió un testimonio manuscrito sobre los acontecimientos previos a la rendición de la Alemania nazi en pleno cuartel general del Führer.

"Su decisión era inmutable"

"La tarde de 30 de abril, a las 15:45, Hitler fue al despacho del [ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, Joseph] Goebbels, para despedirse de él. Estaba en la sala de recepción. Goebbels quiso invitar a Hitler a su habitación, pero Hitler se negó, señalando que su decisión era inmutable. Se despidió de la señora Goebbels y del doctor Goebbels y se retiró a su despacho", detalló, añadiendo que entonces le expresó al líder de la Alemania nazi su devoción y prometió serle fiel en sus pensamientos.

Durante la investigación posterior, Linge insistió en que Hitler no se envenenó con cianuro de potasio sino se había quitado la vida disparándose en la sien. Precisó que tras aquel último encuentro, "unos cinco minutos después sonó un disparo" e inmediatamente informó al secretario privado del Führer, Martin Bormann, con el que entró en el despacho de Hitler. "Envolvimos el cadáver en una manta, para que no se viera. Cogí el cadáver por las piernas y Bormann por la cabeza, y lo sacamos por la salida trasera de los refugios antiaéreos al parque. Allí lo depositamos en la entrada. Detrás de nosotros, los escoltas sacaron el cadáver de la esposa de Hitler [Eva Braun], que también estaba envuelto en una manta y no podía verse", detalló.

"Era completamente inútil seguir luchando"

Más tarde, el oficial presentó nuevos detalles sobre la muerte del líder de la Alemania nazi. "En el momento de su suicidio, Hitler llevaba una camisa blanca con cuello blanco y corbata negra, una chaqueta de uniforme gris de doble botonadura, de gabardina fina, pantalones negros de gabardina fina, calcetines negros finos como el papel y medias botas negras de cuero. Su esposa llevaba un vestido de seda fina, medias de seda muy finas y zapatos de tacón de cuña (probablemente de fabricación italiana)", escribió.

Entre las razones del suicidio, Linge citó el hecho de que "era completamente inútil seguir luchando", así como "el miedo de Hitler a intentar escapar de Berlín", su "mal estado físico, que ya no podía soportar ninguna dificultad", y la megalomanía, "que le impedía inclinarse ante el vencedor y negociar con él". Al referirse a los rumores de que el Führer tuvo un doble, afirmó: "Hitler no tenía doble. Y era imposible que saliera de la habitación, porque solo había una salida".

A lo largo de los años, Linge rectificó repetidamente su testimonio. Por ejemplo, en su interrogatorio del 28 de febrero de 1946, declaró: "Debo confesar que el testimonio que solía dar sobre este asunto es incorrecto. No oí en absoluto el ruido de disparos, sino que solo percibí el olor de gases de pólvora y, basándome en ello, informé a Bormann de que se había producido el suicidio". "Antes manifesté incorrectamente que el cadáver de Eva Braun estaba envuelto en una manta, ahora recuerdo que su cadáver no estaba envuelto en una manta", agregó.

¿Fue Linge quien disparó?

Sin embargo, las declaraciones de Linge –que en agosto de 1948 salió de la cárcel y hasta el otoño de 1949 se dedicó a trabajos 'literarios', memorias de su servicio en el entorno de Hitler– contradicen a otros testigos.

Así, Johann Rattenhuber, encargado de la seguridad personal del líder nazi, afirmó durante un interrogatorio el 11 de mayo de 1945: "A las 16:00 del 30 de abril de 1945, después de haber comprobado los puestos, llegué al refugio de hormigón del Führer. Linge me informó que el Führer ya no estaba vivo y que él mismo había llevado a cabo la orden más pesada de su vida".

Según ese testimonio, después que el dictador alemán tomara un veneno, Linge le disparó un tiro de gracia en la cabeza para heroizar su muerte, haciendo ver que Hitler había fallecido como un soldado. "Linge me informó que Hitler le había ordenado que saliera de la habitación y que, si no oía nada durante 10 minutos, volviera a entrar en la habitación y cumpliera su orden. Como en ese momento había colocado Hitler su pistola en la mesa de enfrente, me quedó claro a qué se refería con la orden más severa del Führer, y de ahí la mancha de sangre en la alfombra. Basándome en lo anterior, concluí que 10 minutos después de envenenar a Hitler, Linge le disparó", detalló.

El envenenamiento de Hitler con cianuro potásico fue confirmado por las investigaciones realizadas en 2017 por el antropólogo francés Philippe Charlier, quien estudió fragmentos de la mandíbula del Führer, almacenados en el Archivo Central del FSB, y los comparó con radiografías del cráneo conservadas en EE.UU. El científico examinó los fragmentos, encontró restos de cianuro potásico en ellos y aseguró que los dientes eran idénticos en 100 % a las radiografías hechas en vida de Hitler.

Cómo la URSS liberó a Europa del nazismo, recordamos en este artículo

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