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El Pentágono impulsó mitos ovni para ocultar armas secretas
En ciertos casos, incluso se usaban tales historias como 'señuelos' o formas de evaluar la confiabilidad de quienes accedían a información delicada, según una investigación de WSJ.
Una investigación del Wall Street Journal revela que el Pentágono, en ocasiones, fabricó y promovió activamente teorías conspirativas sobre tecnología extraterrestre para ocultar armas secretas varias décadas atrás y medir la lealtad de los empleados.
Según documentos recientemente analizados por la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO, por sus siglas en inglés) revelan que muchas de estas historias fueron creadas como parte de encubrimientos, experimentos psicológicos o pruebas internas diseñadas para medir la lealtad y la discreción de quienes participaban en programas clasificados.
El F-117 Nighthawk
El reporte indica que muchas de las historias sobre ovnis fueron utilizadas en el pasado como una forma de encubrimiento. Entre 1970 y 1980, mientras el gobierno estadounidense realizaba vuelos de prueba con aeronaves de tecnología avanzada como el F-117 Nighthawk —el primer avión de guerra furtivo—, se fomentó la difusión de relatos sobre objetos voladores no identificados.
El aspecto inusual y el comportamiento silencioso de este tipo de aviones, que operaban en la noche para no ser detectados, contribuían a que fueran fácilmente confundidos con tecnología alienígena por testigos civiles. Y, al permitir que los rumores de ovnis circularan sin ser refutados, se lograba desviar la atención pública y minimizar el riesgo de filtraciones sobre los programas de defensa.
Yankee Blue
Otra de las narrativas más persistentes fue la existencia de un programa altamente secreto llamado Yankee Blue, el cual, según versiones compartidas entre círculos militares, se dedicaba a recuperar y analizar tecnología de origen no humano.
Aunque no existían pruebas que respaldaran la existencia de este programa, su sola mención en entornos controlados generaba entre algunos funcionarios la impresión de que el gobierno estadounidense ocultaba conocimientos avanzados y contactos con entidades extraterrestres.
Esta percepción se propagó como un rumor creíble, reforzado por el hermetismo característico de los programas clasificados.
Evaluaciones de lealtad
La AARO identificó que varios oficiales creían sinceramente en estas versiones, lo que demuestra el impacto que tuvieron estas narrativas dentro del propio aparato militar. El contexto de secretismo extremo con historias camufladas facilitó que estos mitos se consolidaran como verdades entre algunos empleados del Pentágono.
En ciertos casos, incluso se usaban deliberadamente como 'señuelos' o formas de evaluar la confiabilidad de quienes accedían a información delicada. Esto explicaría por qué algunos de estos relatos circulaban con naturalidad dentro de instalaciones oficiales, sin estar respaldados por ningún documento verificable.
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