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Las familias de las víctimas del 11-S podrían por fin recibir el dinero de ayuda recaudado
En California, EE.UU., los familiares de las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre tendrán la posibilidad de acceder a los 15 millones de dólares recaudados en su nombre para becas escolares.
Se trata del fondo conseguido con la venta de matrículas de coche conmemorativas, creadas en 2002 por los legisladores de California. Precisamente este estado era el destino programado de los cuatro aviones secuestrados aquel 11 de septiembre.
El dinero debía destinarse a becas escolares para los hijos de los residentes que perecieron en los ataques y para ayudar a financiar programas antiterroristas.
Sin embargo, una investigación periodística y una posterior auditoría encontraron que solo una pequeña cantidad de esta suma llegó a los proyectos educativos. En parte porque una agencia estatal no notificó a todos los beneficiarios que podían solicitar las ayudas de 5.000 dólares.
Los residentes de California han comprado o renovado las placas conmemorativas más de 200.000 veces desde 2002, creyendo que estaban ayudando a los familiares de las víctimas a financiar sus estudios universitarios como parte de una ley aprobada en mayo de ese año.
Alrededor del 15% del dinero de las placas del 11-S estaba destinado a los familiares, o sea, unos 2,25 millones de dólares. Pero la cantidad real de dinero otorgado a los beneficiarios es hasta ahora mucho menor ya que, según la investigación periodística, la mayoría de los parientes de los californianos que fallecieron en los ataques no fue informada a tiempo.
Esta semana, varios legisladores dijeron que iban a comenzar una revisión al fondo de becas con el objetivo final de entregar el dinero para todo el que se lo merece. "Vamos a arreglarlo", dijo el senador estatal Mark DeSaulnier, uno de los tres legisladores que solicitaron la auditoría junto con el gobernador Jerry Brown después de conocerse el informe.
El dinero debía destinarse a becas escolares para los hijos de los residentes que perecieron en los ataques y para ayudar a financiar programas antiterroristas.
Sin embargo, una investigación periodística y una posterior auditoría encontraron que solo una pequeña cantidad de esta suma llegó a los proyectos educativos. En parte porque una agencia estatal no notificó a todos los beneficiarios que podían solicitar las ayudas de 5.000 dólares.
Los residentes de California han comprado o renovado las placas conmemorativas más de 200.000 veces desde 2002, creyendo que estaban ayudando a los familiares de las víctimas a financiar sus estudios universitarios como parte de una ley aprobada en mayo de ese año.
Alrededor del 15% del dinero de las placas del 11-S estaba destinado a los familiares, o sea, unos 2,25 millones de dólares. Pero la cantidad real de dinero otorgado a los beneficiarios es hasta ahora mucho menor ya que, según la investigación periodística, la mayoría de los parientes de los californianos que fallecieron en los ataques no fue informada a tiempo.
Esta semana, varios legisladores dijeron que iban a comenzar una revisión al fondo de becas con el objetivo final de entregar el dinero para todo el que se lo merece. "Vamos a arreglarlo", dijo el senador estatal Mark DeSaulnier, uno de los tres legisladores que solicitaron la auditoría junto con el gobernador Jerry Brown después de conocerse el informe.
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