Sociedad
Hijo de Warren Buffett: "La caridad de los ricos creó una máquina de pobreza eterna"
Los ricos que se dedican a donar dinero a proyectos caritativos no eliminan la pobreza sino todo lo contrario, según considera el menor de los tres hijos del famoso multimillonario Warren Buffett.
En un artículo publicado en el periódico 'The New York Times', Peter Buffett explica la necesidad de encontrar una nueva forma de filantropía, ya que el sistema de donaciones actual ha fracasado y ha creado una "máquina de pobreza eterna". A esta conclusión llegó Peter Buffett, compositor y músico, partiendo de su propia experiencia como director de una de las fundaciones creadas por su padre.
"En las reuniones de grandes filántropos se puede ver a jefes de Estado, inversionistas y líderes corporativos. Con su mano derecha, están buscando respuestas a problemas que con su mano izquierda ha creado la misma gente presente en la sala", confiesa Buffett.
De hecho, "a medida de que cada vez más vidas y comunidades quedan destruidas por el sistema que crea grandes volúmenes de bienes para unas pocas personas", se refuerza el fenómeno que Buffett hijo llama "lavado de conciencia". Es decir, dedicarse a la caridad empieza a verse como algo "heroico", por lo que una persona rica justifica su exagerada fortuna "rociando" bienes sobre otras personas, lo que le ayuda a "sentirse mejor".
El sector benéfico va creciendo, es una 'industria' que solo en EE.UU. ha generado unos 316.000 millones de dólares en 2012 y da empleo a 9,4 millones de personas. Pero numerosos estudios demuestran que al mismo tiempo va aumentando la brecha entre los ricos y los pobres.
De hecho, a la hora de donar dinero para aliviar los sufrimientos de alguien, muchos filántropos modernos preguntan: "¿Y cuál será el retorno de la inversión?". Es como si la rentabilidad fuera "la única medida del éxito", lamenta Buffett.
Otro problema es el llamado "colonialismo filantrópico" que consiste en desarrollar proyectos que a primera vista son buenos para países pobres, pero se realizan con "poco conocimiento del terreno" y por eso no resuelven los problemas. Como ejemplo Peter Buffett pone la distribución de preservativos en países africanos para impedir la propagación del VIH que provocó un efecto inesperado en la prostitución: disparó los "precios del sexo sin protección".
"No estoy llamando a poner fin al capitalismo, estoy llamando a desarrollar el humanismo", sostiene Buffett, señalando que el mundo necesita un nuevo mecanismo de funcionamiento para una verdadera "prosperidad para todos, lo que no significa un mayor número de personas que van acumulando bienes". Sin embargo, él mismo aún no tiene ninguna sugerencia para conseguir llegar a este objetivo.
No estoy llamando a poner fin al capitalismo, estoy llamando a desarrollar el humanismo
"En las reuniones de grandes filántropos se puede ver a jefes de Estado, inversionistas y líderes corporativos. Con su mano derecha, están buscando respuestas a problemas que con su mano izquierda ha creado la misma gente presente en la sala", confiesa Buffett.
De hecho, "a medida de que cada vez más vidas y comunidades quedan destruidas por el sistema que crea grandes volúmenes de bienes para unas pocas personas", se refuerza el fenómeno que Buffett hijo llama "lavado de conciencia". Es decir, dedicarse a la caridad empieza a verse como algo "heroico", por lo que una persona rica justifica su exagerada fortuna "rociando" bienes sobre otras personas, lo que le ayuda a "sentirse mejor".
El sector benéfico va creciendo, es una 'industria' que solo en EE.UU. ha generado unos 316.000 millones de dólares en 2012 y da empleo a 9,4 millones de personas. Pero numerosos estudios demuestran que al mismo tiempo va aumentando la brecha entre los ricos y los pobres.
Con su mano derecha, los grandes filántropos están buscando respuestas a problemas que ellos mismos han creado con su mano izquierda
De hecho, a la hora de donar dinero para aliviar los sufrimientos de alguien, muchos filántropos modernos preguntan: "¿Y cuál será el retorno de la inversión?". Es como si la rentabilidad fuera "la única medida del éxito", lamenta Buffett.
Otro problema es el llamado "colonialismo filantrópico" que consiste en desarrollar proyectos que a primera vista son buenos para países pobres, pero se realizan con "poco conocimiento del terreno" y por eso no resuelven los problemas. Como ejemplo Peter Buffett pone la distribución de preservativos en países africanos para impedir la propagación del VIH que provocó un efecto inesperado en la prostitución: disparó los "precios del sexo sin protección".
"No estoy llamando a poner fin al capitalismo, estoy llamando a desarrollar el humanismo", sostiene Buffett, señalando que el mundo necesita un nuevo mecanismo de funcionamiento para una verdadera "prosperidad para todos, lo que no significa un mayor número de personas que van acumulando bienes". Sin embargo, él mismo aún no tiene ninguna sugerencia para conseguir llegar a este objetivo.
comentarios